Preguntas frequentes

¿Qué es la tasa impositiva corporativa "real"?

Consideramos que la tasa impositiva corporativa "real" es la tasa impositiva corporativa más baja disponible (LACIT, por sus siglas en inglés) en contraposición a la tasa "general" (o legal) publicada por los países. Dado que las multinacionales pueden trasladar ganancias y operaciones basadas en tarifas favorables, hacemos referencia a estas tarifas como el monto que las multinacionales pueden pagar.

La OCDE proporciona una práctica tabla de tasas impositivas generales sobre la renta de las sociedades: por ejemplo, la tasa general de Luxemburgo es del 24,94 por ciento, la de Malta es del 35 por ciento.

La LACIT es justo lo que sugiere su nombre. Por ejemplo, si un país posee una tasa general del 35 por ciento, pero ciertos sectores económicos atraen una tasa del 15 por ciento, mientras que ciertas categorías de ingresos solo se gravan al 10 por ciento, entonces la LACIT (suponiendo que no exista una tasa aún más baja disponible) es del 10 por ciento. Las multinacionales no acuden en tropel a Luxemburgo por su tasa de 24,94 por ciento, sino por su LACIT.

Para consultar cómo calculamos la LACIT, haga click aquí.

¿Qué es una guarida fiscal? ¿Qué es una guarida fiscal corporativa?

Las guaridas fiscales forman un ecosistema mundial donde las jurisdicciones ofrecen diferentes combinaciones de facilidades para instrumentos móviles de capital financiero. Las guaridas fiscales corporativas atraen a empresas multinacionales al ofrecer facilidades para esquivar o socavar las leyes, reglas y normativas fiscales de otras jurisdicciones, y reducir sus pagos de impuestos en dichas jurisdicciones.

(Para ver cómo definimos, identificamos y medimos las guaridas fiscales corporativas, consulte la sección “Qué medimos”).

Las guaridas fiscales corporativas se encuentran entre los actores más importantes de este sistema, pero existen otros. Por ejemplo, nuestro Índice de Secreto Financiero clasifica las "jurisdicciones secretas" que atraen flujos financieros ilícitos al conceder leyes y otras facilidades para ocultar ese capital y su titularidad al público o a las fuerzas del orden. También existen “guaridas normativas” que brindan facilidades para ayudar a las empresas multinacionales a esquivar las normativas financieras (y de otro tipo). Y así sucesivamente.

Irlanda, por ejemplo, es una guarida fiscal corporativa muy grande que se encuentra cerca de la cima del Índice de Guaridas Fiscales Corporativas. No obstante, es una jurisdicción relativamente transparente con una clasificación bastante baja en el Índice de Secreto Financiero. Suiza y Luxemburgo, por el contrario, son jurisdicciones importantes en lo que respecta al secreto y también guaridas fiscales corporativas muy grandes, por lo que ocupan un puesto elevado en ambos índices.

No se dejen engañar por la tasa impositiva general de un país: esta tasa puede obviarse mediante acuerdos ventajistas entre la administración tributaria y las multinacionales, y su sistema impositivo puede contener lagunas y vacíos legales. Luxemburgo, por ejemplo, afirma que grava los ingresos corporativos al 26 por ciento. Sin embargo, LuxLeaks reveló que algunas multinacionales eran gravadas a menos del 1 por ciento.

¿Cómo se relaciona el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas con el de Secreto Financiero?

El Índice de Secreto Financiero (FSI, por sus siglas en inglés) se centra en las herramientas que utilizan las personas adineradas para ocultar ingresos, riqueza o blanquear sus ganancias ilegales. El Índice de Guaridas Fiscales Corporativas, por el contrario, se centra en cómo las empresas multinacionales eluden impuestos, y el secreto es solo uno entre varios factores (algunos de nuestros indicadores de secreto son compartidos por ambos índices).

El Índice de Secreto Financiero y el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas miden dos de los aspectos más importantes del mundo extraterritorial: el secreto financiero y la transferencia de beneficios corporativos (evasión fiscal). Los dos índices se complementan entre sí. Algunos países, como Irlanda o los Países Bajos, son bastante transparentes y presentan un perfil relativamente bueno en el Índice de Secreto Financiero. No obstante, se encuentran entre los peores defraudadores en el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas.

Los métodos para ambos índices también son similares. Cada uno combina un puntaje de 'agresividad' (para el Índice de Secreto Financiero, es un puntaje de secreto, que revela cuán sólidas son las reglas de secreto, mientras que, para el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas, es un puntaje de guarida) con una ponderación de escala, para mostrar lo importante que es la jurisdicción en el ámbito de las guaridas fiscales. Luego, estos puntajes se utilizan para elaborar un índice. La analogía con el control de las armas ayuda a ilustrar esto. Los puntajes de secreto o de guarida son equivalentes a cuán laxas son las leyes sobre armas de una jurisdicción, mientras que la ponderación de la escala sería equivalente a cuántas armas se venden.

¿Las guaridas fiscales tienen derecho a dictar sus propias leyes fiscales?

Por supuesto, todas las jurisdicciones tienen el derecho soberano de establecer sus propios sistemas fiscales. No obstante, las jurisdicciones cuyos sistemas fiscales y esfuerzos de aplicación de la ley se ven socavados por las guaridas fiscales también tienen todo el derecho a adoptar medidas contra las prácticas nocivas y cooperar conjuntamente para abordar los problemas que causan en todo el mundo.

Consulte Cuál es el problema para obtener más información sobre el daño que causan las guaridas fiscales.

¿Qué jurisdicciones están incluidas en el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas?

El CTHI de 2021 ha incluido 6 países adicionales en América Latina para un total de 70 jurisdicciones. Los otros 64 están compuestos por las guaridas fiscales corporativas más conocidas, los principales centros financieros, todos los países de la UE y algunos de África conforme exigían las condiciones de subvención que financiaron este proyecto. En las próximas publicaciones del Índice de Guaridas Fiscales Corporativas, esperamos aumentar el número de jurisdicciones incluidas.

Algunas personas pueden sorprenderse al ver países como Alemania o Estados Unidos en nuestra lista. En verdad, todos los países ofrecen al menos algunas facilidades que ayudan a las multinacionales a eludir impuestos, por lo que todos los países se encuentran en algún lugar del espectro entre permitir agresivamente la evasión fiscal o evitarla tanto como sea posible. Cada jurisdicción de nuestro índice cuenta con un perfil de país detallado que recoge toda la evaluación y puntaje de un país, así como fuentes y referencias, con gran cantidad de detalles adicionales. Los usuarios también pueden acudir a nuestra base de datos para acceder e incluso descargar los datos subyacentes de cada país en formato Excel.

¿El impuesto sobre la renta de las sociedades es bueno o malo?

El impuesto sobre la renta de las sociedades es un impuesto muy importante. Cumple muchas funciones socialmente esenciales, como el financiamiento de escuelas, hospitales y del estado de derecho. También evita que los ricos opten por recibir sus ingresos en estructuras corporativas de nula o muy baja tributación, con el fin de evitar el impuesto sobre la renta de las personas físicas.

Este impuesto es especialmente importante para los países más pobres, que luchan por aumentar los impuestos de unos ciudadanos empobrecidos. En todo el mundo, las multinacionales acumulan grandes cantidades de efectivo y lo devuelven a accionistas mayoritariamente adinerados o participan en la monopolización de fusiones o en la recompra de acciones, en lugar de invertirlo en actividades productivas. Mediante los impuestos corporativos la riqueza es transferida de un sector (empresas) que invierte insuficientemente, a un sector cuyo propósito es invertir.

Muchos de los que pretenden medir estas cuestiones se encuentran con un gran punto ciego, que consiste en que, si bien los costos de los impuestos corporativos son relativamente fáciles de medir, en términos de su impacto sobre las ganancias corporativas, patrones de inversión modificados, etc. — muchos de los beneficios de estos impuestos, como los descritos anteriormente, son más difíciles de cuantificar. Como resultado, mientras que los costos son destacados, muchos de los beneficios se eliminan. Para obtener más información sobre este tema fundamental, consulte Diez razones para defender el impuesto sobre la renta de las sociedades, y artículos relacionados.

¿Por qué incluimos un peso de escala en nuestro índice?

Es necesaria una ponderación de escala debido al amplio rango (0.0000016% a 12.9%) de inversión extranjera directa que las jurisdicciones en el Índice de Guaridas Fiscales Corporativas representan a escala mundial. Al mismo tiempo, la fórmula matemática que utilizamos reduce la importancia relativa de la ponderación de escala en los puntajes finales del índice.

Nuestra clasificación está diseñada para identificar las jurisdicciones de acuerdo con su contribución mundial general a los problemas de fraude fiscal corporativo y al fomento de la carrera hacia abajo a nivel mundial que elimina constantemente la carga fiscal de las multinacionales y la traslada a los hombros de todos los demás. Por consiguiente, tratamos de identificar aquellas jurisdicciones donde las reformas a las leyes y prácticas tendrían el mayor efecto.

Las 10 principales jurisdicciones de nuestro índice, con un puntaje de guarida promedio de 89 sobre 100, representan casi el 40 por ciento de la inversión extranjera directa total reportada (que es nuestro indicador de la actividad multinacional en una jurisdicción). Si clasificáramos las jurisdicciones solo por su puntaje de guarida, las 10 principales tendrían un puntaje de guarida promedio de 99 sobre 100, pero representarían solo el 7 por ciento de la inversión extranjera directa total reportada. (Puede consultar la clasificación basada en los puntajes de guarida solo en el Anexo F de la metodología completa, disponible aquí).

Algunas personas pueden argumentar que, al incluir pesos de escala, nuestro índice "castiga" a las jurisdicciones con grandes sectores financieros. Pero la fórmula matemática que usamos --consulte aquí para obtener más detalles -- está diseñada para reducir la importancia relativa de la ponderación de escala en los puntajes finales del índice. Por lo tanto, es probable que una jurisdicción que mejore su calificación de guarida mejore su clasificación, ya reciba mucha inversión extranjera directa o no.

Reducimos la ponderación de escala por dos razones. Primero, queremos dar a las jurisdicciones un incentivo para mejorar: la forma más fácil y menos dolorosa de hacerlo es mejorar el puntaje de guarida. Por eso lo resaltamos. La otra razón es que, si bien las puntuaciones de guarida tienen un rango relativamente estrecho, entre 39.05 y 100 (sobre 100), las ponderaciones de escala divergen enormemente, entre 0.0000016 y 12.9 por ciento. Así pues, necesitamos comprimir matemáticamente la ponderación de escala, para que no domine la puntuación de guarida.

En la metodología completa se incluyen más detalles sobre la fórmula y el peso de escala.

¿Por qué centrarse solo en las multinacionales?

Nuestro Índice de Secreto Financiero ya abarca el secreto de sociedades, fideicomisos e individuos. Además, una parte importante del comercio mundial se efectúa por parte de las empresas multinacionales y la evasión fiscal multinacional es enorme, con un valor estimado de 600.000 millones de dólares anuales. Por último, las multinacionales tienen una influencia excesiva en la política nacional e internacional.

¿Qué es la base imponible?

Las empresas suelen disminuir sus tasas impositivas efectivas de dos maneras principales: reduciendo la tasa impositiva aplicable a las categorías de ingresos y restringiendo la base imponible, que es la cantidad de ingresos que se someten a la tributación (después de deducciones y exclusiones, etc.).

Un ejemplo ilustra esto.

Imagine una empresa multinacional que vende servicios de tecnología de la información. Tiene una filial en el país A, que realiza 100 millones de dólares en beneficios económicos (es decir, ventas menos costos corrientes). La tasa impositiva corporativa general en el país A es del 15 por ciento, por lo que, en teoría, debería pagar 15 millones de dólares en impuestos. Sin embargo, los beneficios económicos no son necesariamente los mismos que los beneficios imponibles. La filial A paga 80 millones de dólares en regalías a otra final de la misma multinacional en el país B, por el uso de tecnología patentada -- y el país A le permite deducir esos 80 millones de dólares de sus beneficios económicos de 100 millones de dólares, reduciendo así la base imponible en el país A a solo 20 millones de dólares. Esto disminuye los posibles ingresos fiscales a una quinta parte de su tamaño potencial, hasta 3 millones de dólares.



                             

Imagine, además, que el País A también aplica una tasa impositiva especial del cinco por ciento a los beneficios de las empresas tecnológicas de este tipo, por lo que, en última instancia, la empresa paga solo 1 millón de dólares en impuestos corporativos, en lugar de 15 millones de dólares, mediante una tasa impositiva reducida y una base imponible reducida.

 

¿Todos los incentivos fiscales son malos?

Al igual que de los propios impuestos, se hace uso y abuso de los incentivos fiscales, y deben tratarse con extrema precaución. Por lo general, los incentivos fiscales se otorgan por razones equivocadas y es muy poco habitual que estos incentivos se examinen o auditen para comprobar si han logrado su propósito. Incluso en los casos en los que se puede demostrar que un incentivo fiscal produjo una inversión, casi nunca se realiza un análisis de costos-beneficios que sopese los beneficios de la inversión local en contraposición con las pérdidas en otros ámbitos, como ocurre con la pérdida de ingresos fiscales debido a que otros actores se aprovechan del incentivo, o con la pérdida de confianza en los funcionarios públicos, puesto que las multinacionales extranjeras se aprovechan de los contribuyentes locales.

Muchos países de ingresos altos implementaron incentivos fiscales durante su proceso de desarrollo y, en este sentido, podrían considerarse una herramienta útil para ser utilizada por los países de ingresos bajos o medianos. Otros usos positivos de los incentivos fiscales comprenden el apoyo a objetivos sociales o medioambientales, como la protección del medio ambiente o la defensa de la igualdad racial o de género. No obstante, muchos, por no decir la mayoría de los incentivos fiscales modernos, resultan perjudiciales, tanto para la jurisdicción que los proporciona como para otros países que sufren los "efectos indirectos" de dichos incentivos.

Se ha convencido a muchos países, especialmente a los países en desarrollo, de que ofrecer incentivos fiscales atraerá inversiones a sus economías. No obstante, como han demostrado el FMI y otros organismos, estos incentivos no suelen atraer inversiones, o simplemente reducen los pagos fiscales de las multinacionales que de todos modos iban a invertir y operar en esa jurisdicción. Lo que las multinacionales realmente desean encontrar en los lugares donde invierten es una buena infraestructura, una política estable, mano de obra saludable y formada y acceso a los mercados.

El FMI y otros distinguen entre incentivos fiscales "basados ​​en costos", donde las exenciones se otorgan en base a la creación de empleo, digamos, o a la inversión de capital real; y los incentivos "basados ​​en las ganancias" que se otorgan simplemente porque la empresa se dedica a actividades lucrativas específicas. En términos generales, toda la investigación demuestra que los incentivos basados ​​en costos pueden, en algunos casos, resultar efectivos para lograr objetivos nacionales, mientras que los incentivos basados ​​en las ganancias son ineficaces y generalmente dañinos, y regalan ingresos fiscales innecesariamente. Los incentivos basados ​​en costos tienen más probabilidades de atraer nuevas fábricas o actividades generadoras de empleo, mientras que los basados ​​en ganancias tienen más probabilidades de atraer la transferencia de beneficios.

¿No son las guaridas fiscales defensoras de la libertad y el libre mercado?

Los mercados libres funcionan mejor cuando existe igualdad de condiciones y se aplican las mismas normas para todos. Las guaridas fiscales manipulan el mercado a favor de un pequeño número de jugadores a expensas del resto, esencialmente eliminando la libertad al imposibilitar que todos participen.

¿Qué empresas utilizan las guaridas fiscales para evadir impuestos?

Es justo afirmar que casi todas las empresas multinacionales del mundo utilizan las guaridas fiscales para eludir impuestos. Además, las Cuatro Grandes firmas contables - PwC, EY, KPMG y Deloitte - desempeñan un papel integral a la hora de facilitar este fraude fiscal mediante el trabajo de consulta tanto con empresas multinacionales como con países.

El asunto "Luxleaks" proporcionó una perspectiva más amplia sobre estas actividades, cuando dos denunciantes proporcionaron una valiosa información sobre planes complejos que una de las Cuatro Grandes firmas contables — PwC — había ideado para muchas de las multinacionales más grandes del mundo: Amazon, Walt Disney, Koch Industries, FedEx, Pepsi, IKEA, AIG, Blackstone, Barclays Bank, Cargill, Dexia, Deutsche Bank, Heinz, HSBC, Julius Baer, ​​Kaupthing, JP Morgan, Procter & Gamble, Permira, Skype y cientos más. La imagen muestra una de las estructuras corporativas más sencillas: un instrumento de inversión del gestor de inversiones estadounidense Blackstone que implica al Grupo Tragus, que administra cadenas de restaurantes tales como Bella Italia, Café Rouge y Brasserie. La complejidad del plan refleja los vericuetos que se necesitan para eludir las leyes y las defensas fiscales de los distintos países involucrados — en este caso particular los Estados Unidos, Gran Bretaña, las Islas Caimán y Luxemburgo, entre otros.

Fuente: Grupo Blackstone - Resolución fiscal de 2009 disponible aquí.

 

Ante cualquier otra duda por favor contáctenos aquí